Teoría política en el Estado de Bienestar
Niklas Luhmann muestra que las teorías políticas de la época moderna
que han posibilitado la implantación del Estado constitucional y de Bienestar
están superadas y esboza una Teoría Política en el Estado de Bienestar capaz de
ofrecer un diagnóstico de la realidad social.
“Teoría política en el Estado
de Bienestar”, está claramente influido por el contexto de la reflexión teórica
de un modo más pronunciado, haciendo referencia al debate en torno a la crisis
del Estado de Bienestar.
Este libro, presenta los términos de ese debate desde la estrategia de
reflexión de la teoría de sistemas, que si bien acaba inclinándose por lo que
podría interpretarse como la opción conservadora, lo hace manteniendo una
visión de la política.
Debemos tener en cuenta que para el autor “Una sociedad que está
escindida en sistemas funcionales no dispone de ningún órgano central. Es una
sociedad sin vértice ni centro”.
Por lo que, en contra de los que sostenía la teoría política
tradicional, para la cual el Estado y la política eran los centros de poder de
la sociedad, su cima “no se puede centrar sobre la política una sociedad
funcionalmente diferenciada sin destruirla”.
Actualmente con el asentamiento definitivo del Estado de Bienestar, se
sigue insistiendo en esta idea de atribuir a la política una responsabilidad
global sobre la sociedad, y esto desemboca en una competencia universal del
Estado, si no en el marco de la responsabilidad política, sí al menos desde la
perspectiva de aquellos que elevan las pretensiones”. Paralelamente, las
posibilidades de acción política se ven limitadas, no solo por incapacidad,
sino también por los fluctuantes fundamentos del “Estado Constitucional” y la
libertad burguesa
Para Luhmann este hecho obedece, a la lógica de continua expansión,
del Estado de Bienestar, caracterizado por él, en una frase feliz, como “el
desbordamiento del Estado por la política”.
TEORÍA POLÍTICA EN EL ESTADO DE BIENESTAR
1. Fin y realidad del Estado de Bienestar
Este capítulo hace referencia a un concepto clave del Estado de
Bienestar, el cual es “Estado Social”. El autor define el concepto de Estado
Social como “un Estado que reacciona frente a las consecuencias de la industrialización
con medidas de prevención social”, e indica que bienestar “significa y exige
algo más que la mera asistencia social, y algo más que la pura compensación de
las desventajas”.
Un concepto importante para comprender la lógica del Estado de Bienestar
es el principio de compensación de aquellas desventajas que recaen sobre cada
cual como consecuencia de un determinado sistema de vida. Este indica que todas
las diferencias pueden ser compensadas y aun así, siempre quedan diferencias o
aparecen nuevas carencias que, a su vez, exigen ser compensadas.
Reconocido este concepto de “compensación”, se pone en marcha la
dinámica que conduce del “Estado Social” al “Estado de Bienestar”. De esta
forma, el Estado de Bienestar que se ha desarrollado en las zonas más
industrializadas no puede ser suficientemente comprendido cuando se concibe
como Estado Social, ya que no se trata solo de las consecuencias de la
industrialización, sino en problemas cuya solución planteada en uno de los
ámbitos, que a continuación se señalan, supone el aumento de los problemas de
otro:
1. El rápido crecimiento de las transformaciones en el
entorno provocado por la sociedad industrial y que sólo es posible controlar
recurriendo a medios políticos.
2. Costes crecientes del Estado de Bienestar.
3. La previsible situación motivacional de las personas
transformada por la sociedad moderna, en particular la de las generaciones más
jóvenes.
En esta situación, a nivel de teoría política, se plantean los mismos
problemas de una forma diferente. Por tanto, buscan una teoría para el Estado
de Bienestar que pueda servir para potenciar aquellas pretensiones reflexivas
que deben producirse dentro del mismo sistema político.
2. Una teoría obsoleta
La realización del avance teórico, manifestado en el siglo XIX,
constituye el punto de partida sobre el que se apoya el desarrollo hacia el
Estado de Bienestar.
Sin embargo, el problema de su desarrollo radica en la complejidad de
las relaciones con las que opera la política bajo condiciones modernas, y
aunque definen las estructuras sistémicas de la modernidad no se puede
comprender los problemas que actualmente son perceptibles, con teorías que
reflejan el proceso de su realización.
En esta situación histórica, en la que teorías han sido superadas, el
objetivo no puede consistir en una explicación de la realidad que se presenta
como defectuosa.
Así el problema único de la propiedad de los medios de producción se
considera la cuestión central de la sociedad moderna, permitiendo la
transferencia de la crítica de la dominación desde la política a la economía.
Por tanto, la crítica de la dominación en el ámbito político y/o
económico no es la forma de abordar los problemas actuales sino, a través del
análisis de sistema/entorno, mediante el cual la sociedad moderna sea consciente
de sus condiciones de posibilidad.
3. Fundamentos teórico-sociales
Dado que la política es un fenómeno social, toda teoría política se
guía por las premisas de una teoría social.
Luhmann expresa que “la sociedad es el sistema social omnicomprensivo
que ordena todas las comunicaciones entre los hombres. El sistema político es
uno de sus subsistemas, respecto del cual se han ido diferenciando otros
subsistemas… Cada uno de estos subsistemas actualiza la sociedad desde su
respectivo punto de vista, según la correspondiente perspectiva particular
sistema/entorno”.
Tomando en cuenta lo anterior, es posible comprender la sociedad no
compuesta por seres humanos sino, por las comunicaciones entre los hombres.
Desde el punto de vista de la evolución socio-cultural, la
civilización y las consecuencias de su desarrollo, producto de “la
diferenciación de las prestaciones comunicativas del hombre desde sus
condiciones naturales”, han transformado su propio ambiente y por ende su
diferenciación.
Si bien, Luhmann expresa que “no se puede centrar sobre la política
una sociedad funcionalmente diferenciada sin destruirla”. La teoría política
repetidamente se ha opuesto al fenómeno estructuralmente condicionado:
condición de la complejidad y respectiva capacidad de prestaciones de la
sociedad moderna, que busca un a priori en el interior de los sistemas
funcionales de la sociedad.
4. Estado de Bienestar: inclusión política.
Primeramente, para hablar de inclusión política, es necesario precisar
el concepto de inclusión, el que para el autor es definido como “la
incorporación de la población global a las prestaciones de los distintos
sistemas funcionales de la sociedad”.
En ese sentido, se formula otro concepto de Estado de Bienestar con la
ayuda del concepto de la inclusión caracterizado como un Estado que dota de
extensas prestaciones sociales a determinadas capas de la población. Este
concepto está referido al acceso de estas prestaciones y a la dependencia que
tienen de éstas los distintos grupos sociales, los cuales irán desapareciendo o
participando marginalmente en la medida que esta inclusión se va realizando.
En el ámbito funcional de la política, este principio tiene como
consecuencia el tránsito al Estado de Bienestar, es decir, Estado de Bienestar
es la realización de la inclusión política.
5. La política como sistema autorreferente
Se entiende por autorreferente como “un sistema que produce y
reproduce por sí mismo los elementos de que está constituido”. Si bien, tal sistema se compone de sus
propios elementos puede, además, reproducir un determinado orden de ellos.
De acuerdo a esta definición, la autorreferencia política es entonces,
el producto de la diferenciación social específica de los sistemas políticos,
permitiendo la apertura interna del sistema a temas cambiantes bajo condiciones
de relativa permanencia de las estructuras que dirigen las operaciones,
haciendo también posible, la inclusión de toda la población en el ámbito de la
política.
6. Jerarquía y circularidad
El desarrollo del Estado de Bienestar tiende a una creciente inclusión
de temas e intereses como propios de la política, el cual refleja también la
gradual incertidumbre y dinámica que resulta del tránsito de una diferenciación
bidimensional a otra tridimensional, referida al tránsito de un orden
jerárquico de las fuentes del conocimiento a la diferenciación disciplinar.
Esto conduce a una restructuración de la comunicación orientada al
poder desde una conformación asimétrica (jerárquica) a otra circular, que en su
interior se produce un equilibrio de poder formal e informal entre circularidad
y contra-circularidad, con mayor complejidad interna del sistema político.
Son transformaciones significativas que muestran el efecto de la
restructuración:
1. El sistema político se orienta de modo creciente
hacia los entornos creados en su interior.
2. El poder político pierde su carácter asimétrico y se
reconduce a la forma de una circularidad dinámica; el público influye a la
política a través de las elecciones.
Este cambio estructural, transforma la problemática social de la
política y el sentido de los conceptos políticos, residiendo en la consecución
y reproducción de la apertura comunicativa mediante reducciones necesarias para el sistema.
7. Auto-observación
El término observación se utiliza en el sentido formal de la teoría
general de sistemas que, comprende las percepciones sensoriales del hombre y
todo tipo de recepción de información; por ende, la forma de diferenciación
adoptada por un sistema incide en el tipo y modo a través del cual éste se
observa a sí mismo.
Un concepto importante es el de “black box” o caja negra que está referido a la observación de un sistema
por otro.
Por tanto, una auto-observación ocurre mediante una observación de la
observación, que comprende y corrige los prejuicios derivados de las
experiencias de “black box”, siendo condición para que el Estado de
Bienestar pueda ganar una relación crítica consigo mismo.
8. Referencia al entorno
El sistema político tiene un entorno interno y externo a la sociedad,
en los que se puede observar cómo los
tipos de referencia ambientales han ido transformándose en el tiempo.
La conexión entre sistema y entorno ha sido sustituida por formas
menos complejas que presuponen una mayor interdependencia entre contribuciones
individuales, producto del aumento de las prestaciones comunicativas internas
al sistema, generando juicios globales generalizables que no satisface la
interdependencia de lo específico.
La argumentación que una ley factual de eficacia excluye las
soluciones globales al igual que la responsabilidad global de la política por
el bienestar de la sociedad, es prácticamente idéntica al de caja negra.
En este punto, el concepto de “caja negra” se trata de relaciones
sistema-ambiente que rige el principio de que “ningún sistema está en
condiciones de contener una descripción completa de sí mismo, de otros sistemas
o del propio ambiente”.
La tarea de la teoría política radica entonces en introducir una
descripción de la diferencia de sistema y entorno dentro del mismo sistema, lo que
exige abstracciones, ya que ningún sistema puede obtener una descripción
completa de su entorno y de la relación existente entre sistema y entorno.
A medida que la visión científica del mundo deviene cada vez más
compleja, aumentan las interdependencias que deben ser tenidas en cuenta.
9. Inestabilidad y cambio
La política está condicionada en el Estado de Bienestar por una
oposición entre orientaciones progresistas y conservadoras, cuyo código representa el cambio y mantenimiento
de las estructuras del sistema social, simplificando de esta forma, un
procesamiento autorreferente del sistema.
Toda esquematización debe referirse a transformaciones, cuyo
cuestionamiento reside en si los cambios provocan en el sistema una situación
inestable frente a la que comienza a reaccionar, o si transforma lo que está
ordenado preservando la estabilidad condicionante de su propia estabilidad y
mantenimiento del correspondiente nivel de vida.
Actualmente el problema no es el cambio social sino la inestabilidad
social, la que puede ser suscitada por un cambio demasiado grande o, por el
contrario, demasiado pequeño, siendo lo más probable que esté determinada por
ambos; el cual radica en la comprensión de expectativas de cambio y su
seguridad, así como la posibilidad del cambio de expectativas.
Para la resolución de este conflicto, interesa el conjunto de
condiciones en el que la inestabilidad genera cambio y el cambio a su vez
inestabilidad, donde tales conexiones pueden revelarse como puntos en los que
el cambio es redirigido hacia presupuestos más estables de expectativas.
Si bien, el Estado de Bienestar provoca inestabilidad en la medida en
la que debe reaccionar frente a necesidades que ha provocado para invocar su
“competencia de compensar la incompetencia”, tal preocupación puede llevar a la incapacidad para controlar complejas
interdependencias.
10. Tres ejemplos de la economía, la educación y la
ciencia
La política amplía y reduce sus propias posibilidades de percepción, mediante
el “procesamiento autorreferente de la comunicación política, en otros
subsistemas diferenciados de la sociedad surgen problemas estructurales de una
dimensión hasta ahora desconocida”.
Estos problemas no pueden ser analizados en detalle, en el contexto de
una investigación centrada, ya que la situación problemática en sistemas
funcionales se derivan de cuestiones que se dirigen al sistema político, por lo
que es necesario presentar algunos ejemplos:
1. Economía
Las cuestiones relativas a la intervención política en la economía
aparecen al traducir la limitación de materiales y fuentes de energía al
lenguaje del dinero, no siendo la adecuada forma de expresión y reacción frente
al tema de escasez.
2. Sistema educativo.
La política enfrenta un problema crucial con la educación: selección
pedagógica y social, que no puede ser resuelto por el sistema educativo.
3. Ciencia.
La ciencia llega al problema de la conciencia de la complejidad, que
afecta en relación a la política su función de alarma y advertencia, debiendo
la política adoptar sus propias medidas de absorción de riesgos.
11. Función y prestación
Todo subsistema se encuentra en una cierta relación con el sistema
global al que pertenece, en este caso, la sociedad; pero mantiene relaciones
con otros subsistemas de la sociedad, tales como el sistema político con el
sistema económico, educativo, religioso, etc.
En sistemas sociales, la relación de un subsistema con el todo es
determinada por cada función específica, mientras que, sus relaciones con otros
sistemas se designan prestaciones.
La función que provoca la diferenciación del sistema político se
caracteriza como “el empleo de la capacidad de imponer decisiones vinculantes”,
entendiéndose por decisiones vinculantes a la “selección tomada tanto a quienes
adoptan las decisiones como a los destinatarios de las mismas”.
Las prestaciones políticas existen cuando “en otros sistemas
funcionales de la sociedad se requieren decisiones vinculotes, con
independencia de la autonomía de otros sistemas funcionales”, éstas son posible
sólo si los medios del sistema emisor puede ser adaptados a la estructura del
sistema receptor.
12. Excurso sobre conceptos políticos de la teoría
política
Se consideraran afirmaciones cuestionables de la teoría política los
conceptos vistos acerca de función, prestación y función política en términos
de decisiones vinculantes, ya que no comprenden la totalidad de las actividades
que aparecen en el marco institucional del Estado, por tanto, resultan
incompletas.
La distinción entre función y prestación se introduce en la historia
de la teoría política, conduciéndola a un nivel suficiente de complejidad; sin
embargo, define además el lugar ocupado por la teoría política que establece
esta distinción.
Esta diferencia provoca esfuerzos de reflexión en forma de teorías
permitiendo el auto-balance en sí misma, y seguridad intelectual de la
reflexión política si culmina en forma de autorreferencia.
13. Derecho y dinero: los medios de actuación del
Estado de Bienestar
Es necesario disponer de indicaciones precisas sobre los medios para
establecer la tipología que están a
disposición de los sistemas políticos para ejercer sus funciones y
prestaciones.
Estas indicaciones son elaboradas con “una teoría de medios de
comunicación simbólicamente generalizados”, los que suministran premisas para
las decisiones y transmiten el efecto vinculante de las decisiones.
Para alcanzar los resultados políticos desde una instancia central, es
necesario la legislación y disposición del dinero, con independencia de los
resultados de tales medidas, las que pueden emplearse de modo abstracto.
De esta forma, tanto el derecho como el dinero aumentan la visibilidad
y sensibilidad para el cambio, que son perceptibles por el hecho de responder a
decisiones y modificaciones en posiciones jurídicas, que devienen conscientes
gracias al proceso decisorio.
Ambos conceptos brindan motivos externos que posibilitan ajustar el
comportamiento de determinadas condiciones, no así la transformación de la
persona misma, y sus condiciones de posibilidad deben garantizarse fuera del
sistema político, es decir, en el sistema económico y en el sistema jurídico, y
que a contar de ahí se derivan límites a su disponibilidad política.
Los límites inminentes del Estado de Bienestar se expresan de modo
particular; tanto en lo referente al dinero ya que el Estado de Bienestar
resulta demasiado caro, como en lo referente al derecho en que la actual
juridificación de diversos ámbitos de la vida ha suscitado en una creciente
atención.
Así, el problema no se trata solo de la cantidad de regulaciones que
genera propios problemas de conocimiento y aplicación, sino que además, está
referido a los límites de lo que es posible realizar por medios jurídicos.
Una parte importante de las metas de la administración burocrática se
busca desde sus inicios en el interior de la burocracia, pero en este caso ello
depende seguramente de la situación en la cima de la organización, y en las
mejoras en las condiciones de trabajo del personal que pueden considerarse como
un éxito de las políticas de bienestar.
14. Burocracia
El fundamento de derecho y dinero como medios de comunicación
implantados en la sociedad, reside en el ámbito del sistema social, donde se
encuentra su garantía en determinados sistemas funcionales.
Se ha elegido el concepto de “burocracia” para inferir los problemas
que suscitan en el marco de una teoría del Estado de Bienestar.
La sociedad moderna se caracteriza por la diferencia entre sistema
social y sistema organizativo, permaneciendo dependiente de actividades no
organizadas para el ejercicio de sus funciones centrales.
Aunque desde una perspectiva histórica, el concepto y crítica política
de la burocracia ha surgido para protegernos de la “dominación de cargos”, ésta
crítica técnica ha establecido el establecimiento de organizaciones
contribuyendo a diferenciar el nivel de la formación respecto de aquél en el
que existe la sociedad como un todo.
La razón de ello, se establece en que el derecho y dinero no sólo
funcionan como medios de comunicación y formación de sistema, sino que además,
también funcionan en el entorno del sistema y su utilización presupone una
unidad extensible a todo el sistema: la sociedad misma.
15. Racionalización político-administrativa:
organización, programas, personal
El concepto de política administrativa, se encuentra en un sentido más
difuso y dirigido al detalle, que responde a la lógica de la diferenciación
funcional, enfocando sus ideas de racionalización de forma distinta a como
puede hacerlo la
Administración , y planificando además su propia intervención
sobre la Administración
como parte de la racionalidad de ésta última de modo autorreferente.
Las premisas decisionales hacen referencia a las condiciones que
influyen sobre el contenido de las decisiones, pero que en el momento de la
decisión son asumidas de modo incuestionado. Estas premisas decisionales pueden
clasificarse en:
1. Programas decisionales
Fijan condiciones de la veracidad o adecuación de las decisiones,
e incorporan las tareas administrativas
al proceso decisional.
2. Competencias y canales de comunicación fijados organizativamente
Esto es, de la organización oficial o de personas que toman
decisiones, es decir, de sus actitudes, capacidades, motivos, conocimientos,
contactos personales, aspiraciones a la carrera funcionarial, etc.
3. Política de personal.
En esta podrían encontrarse posibilidades de racionalización aún no
exploradas, es decir, la mejora de la coordinación entre capacidades personales
y exigencias de las tareas, lo que solo es posible lograr introduciendo
procesos de movilidad entre el funcionariado.
A partir de estas premisas pueden clasificarse como planificación
político-administrativa a los intentos por dirigir un sistema administrativo en
un sentido estricto, cuando la racionalidad del proceso administrativo mismo
constituye la meta de la planificación, y no la prestación política, siendo la
forma de intervención adecuada a una racionalización política de la Administración.
16. Opciones políticas
La inclusión de la población es una necesidad funcional para el Estado
de Bienestar, disponiendo al sistema el orden autorreferente de la comunicación
política para su apertura hacia temas que pueden ser introducidos en forma de decisiones vinculantes limitados.
La política se encuentra limitada a la función y posibilidades de
actuar del sistema político, pero éste es un subsistema de la sociedad.
Por tanto, debe tenerse en cuenta cómo definiremos el concepto de
opciones, el cual es establecido por Luhmann como “la unidad de la comprensión
de la sociedad y la de la elección de programas”, siendo requerida en el
interior del sistema político.
La justificación estructural de un sistema multipartidista reside en
la necesidad de opciones, debido a que una certeza sobre lo que sea verdadero
no se puede obtener por anticipado, teniendo sentido de esta forma, expresar
alternativas.
Una política que parta de la
opción de autolimitación funcional podría recoger temas que se considerarían
como algo más que un mero campo de ejercicio de demandas por la igualdad y
asistencia, siendo capaz de presuponer posibilidades de enriquecimiento en el
sentido de vida personal.
Según se tienda a transformar la sociedad es permisible indicar que se perfilan alternativas de nuevo tipo en una
organización que reconozca diferenciación de tareas internas a la organización
o, según persista, e los diferentes niveles de formación de sistemas.
Es decir, se distingan entre sistema social y sistemas organizativos,
y experimenten posibilidades de diferenciación funcional a nivel de
organización del sistema social, de esta forma la cuestión relativa a cómo
abordar los problemas mediante categorías en lugar de esfuerzos, entra en una
presión externa que se impone con o sin planificación y controversia en torno a
una mayor racionalidad entre el problema y las adaptaciones graduales.
17. Responsabilidad política y teoría política
La responsabilidad política es entendida como “la efectiva ejecución
de selecciones en el sistema político-ya sea mediante decisiones o mediante la
no adopción de decisiones”.
La democracia es la capacidad del sistema político para observarse a
sí mismo, es decir, la capacidad de auto-observación, mediante la cual la
política puede constituirse autónomamente. Esta auto-observación acentúa las
diferencias, consciente de sí misma y sus propias consecuencias.
La relación entre teoría política y responsabilidad política no puede
ser entendida entones, como una suerte de relación de dominación tecnocrática,
sino que debería intentar poner en marcha un proceso de reflexión política que
entrara en la responsabilidad política como modelo central de un modo más
radical, sólo en el sentido del concepto de teoría política como teoría sobre y en la política que puede
conservar el contexto de transformación.
La teoría política impone una reflexión común sobre lo que un sistema
político pueda esperar de la sociedad moderna, surgiendo una consciencia de
responsabilidad política.
18. Sobre la praxis
El concepto de praxis pertenece a los elementos de la tradición cuyo
abuso sugiere una aplicación irónica, encontrando su uso apropiado cuando
alguien ha de actuar sin saber o sin poder saber qué efectos produce con su
acción.
La praxis de la política es comunicación que según las
interpretaciones representadas, gira en torno a decisiones vinculantes.
En el sistema político existe un “exceso de necesidades de orientación
respecto a las posibilidades de actuación”, por lo que el político debe saber
decir más de lo que pueda hacer.
Ésta situación deriva de la diferenciación sistémica del hecho de que
el sistema político es un subsistema de la sociedad que se ocupa de la
sociedad, pero que la observa desde la perspectiva de una función específica y
no la puede controlar.
En lo referente a la praxis política, la teoría política cumple la
función de superar aquel desfase que existe entre necesidad de orientación y
posibilidad de acción, en la que habita la comunicación política.
Es así como desde la perspectiva política se establece un conjunto de
problemas, produciéndose el cuestionamiento de qué otros sistemas funcionales
dependen de la contribución del poder político e forma de decisiones
vinculantes para solucionar sus propios problemas ambientales y romper el ciclo
autodestructivo en sus relaciones con el entorno.
Estas y otras situaciones indican la tensión existente entre excesiva
asunción de cargas y autolimitación que se encuentran y caracteriza la
intencionalidad política del Estado de Bienestar como un intento por abordar
los problemas mediante un sistema político ampliamente generalizado.
EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA
Si bien en torno a 1800 se comenzó a estimar el concepto de la
democracia, precisamente por su imposibilidad interna como componente ilusorio
de todas las constituciones futuras, es decir, como concepto futuro, hoy en dí
no basta con un concepto ilusorio ni queda mucho optimismo para dirigirlo hacia
el futuro si deseamos enjuiciar los riesgos a los que está sujeta la
democracia.
Es preciso excluir del concepto de democracia, imposibilidades o
improbabilidades, por lo que DEMOCRACIA NO ES:
1. El dominio del pueblo sobre
el pueblo
2. Un principio según el cual
todas las decisiones deben tomarse de modo participativo.
En lugar de ello, el autor propone “concebir la democracia como la
escisión de la cima del sistema político diferenciado mediante la distinción
entre gobierno y oposición”.
La diferencia entre gobierno y oposición consiguió encontrar una forma
de disolver una paradoja fundamental que aparece en todos los sistemas con
diferencias de poder organizadas: “Cuando en el interior de un sistema hay una
situación de poder superior e inferior, se observa una peculiar impotencia del
poderoso y, por otra parte, el poder de quienes no lo poseen”.
Puede crearse una sensibilidad hacia puntos en los que hoy pueden
observarse como déficits funcionales:
1.
El código que prevé
que todo lo que puede hacerse relevante políticamente sirve o bien al gobierno
o a la oposición, parece asegurar un alto grado de apertura hacia
acontecimientos e informaciones.
2.
El cómo valerse de
la diferencia de código para decidir cuestiones políticas importantes.
3.
Como si únicamente
se tratase de compensar esta debilidad, en vez de una controversia en torno a
programas, se escenifica una controversia moral.
El esquema gobierno/oposición no debería ser entonces, confundido ni
por parte del gobierno ni de la oposición, con un esquema moral, pues
equivaldría a poner en cuestión la misma posibilidad de un cambio entre
gobierno y oposición, y por ende poner en cuestión las reglas de la democracia.
Desde este punto, la teoría deviene en un instrumento de observación
de naturaleza específica, que trata entonces de averiguar dónde y en qué
aspectos pueden observarse hoy los peligros, en que tan razonable como
irresponsable es dirigir ideales que no pueden ser satisfechos por las
condiciones actuales lamentándose después de las promesas irrealizadas, cuya
actitud parte de la improbabilidad de lo que tiene un funcionamiento que se
mide por su operación normal.
Siendo posible, por tanto, reconocer más claramente y de modo exacto,
dónde opera el sistema inconsecuentemente y se pone a sí mismo en peligro en
relación a sus propios requisitos estructurales.
REFLEXIÓN FINAL
La sociedad en la que vivimos experimenta diversos cambios, los que
afectan no solo a las formas en las que se organiza la vida humana sino que
abarca al Estado y la economía, comunidades religiosas, derecho y educación,
medio natural y motivo de las personas.
Si bien es posible planear la alteración de estructuras del sistema y el
entorno, se sustrae a una previsión y control precisos.
El Estado se concibe entonces como la situación organizativa de la
sociedad, y las ideas regulativas del Estado de Bienestar se ajustan a este
concepto, debiendo compensar a cada ciudadano individual por toda desventaja
que experimente cuando participa e la vida social en el marco de formas de
organización preestablecidas.
Pese a que los valores movilizan la dinámica del Estado de Bienestar,
se sostiene y reproducen las pretensiones de compensación, por lo que la
necesidad de teoría política ha hecho posible la realización del Estado
constitucional.
Tomando en cuenta lo anterior, la teoría del Estado de Bienestar utiliza
conceptos abstractos como el de sistema y el de autorreferencia, que son
conceptualizaciones necesarias en un momento determinado de la situación social
y política que exige nuevos instrumentos conceptuales.
Por otro lado, por sistemas se piensa en un todo que está compuesto,
por partes, por “autorreferencia” en una conciencia subjetiva, entendiéndose
esta la condición de la vida.
El cuadro político, queda esbozado entonces, caracterizado como
sobrecarga del sistema político sobre sí mismo, en el que la reflexión política
debería hacer posible que se representaran en la sociedad las visiones
interrelacionadas sobre ésta, el mundo moderno y los múltiples ámbitos
funcionales, cuyo lenguaje articulado teóricamente podría hacer una
contribución a la integración de declaraciones políticas.
BIBLIOGRAFIA
Niklas
Luhmann. (1993) Politische Theorie in Wohlfahrtsstaat.
Primera edición en “Alianza Universidad”: Madrid
Niklas Luhmann. (1990) “System and Funktion (cap. 1 de Soziale Systeme)”. Ediciones Paidós Ibérica S.A., Barcelona
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