Acción social: Teoría sociológica de Talcott Parsons

La teoría sociológica de Talcott Parsons en torno al sentido de la acción social, debe entenderse primeramente desde el inicio del pensamiento sociológico en que se comienza a reflexionar sobre la orientación del cambio social a partir del actuar de las personas sobre la sociedad y la forma en que ésta influye sobre los individuos.

Es así como historiadores y etnógrafos incursionan en el campo de la sociología, a fin de entender la evolución de la sociedad y sus principios de normas en las diversas agrupaciones; esto, antes de que la sociología estuviera constituida como disciplina científica.

Después de Weber es imposible considerar la acción social como respuestas ante una determinada situación, sea como determinantes o factores externos a la acción de un sujeto, por tanto, es prácticamente imposible aceptar un estudio de la acción que se encontrase situado al nivel de los fenómenos mismos.

Por ello, Parsons reprocha a Weber el privilegiar a las conductas racionales y dejar de lado las dimensiones no-instrumentales de la acción social hacia una teoría general de relaciones; ya que para éste la estructura de la acción social no puede darse fuera de un sistema general de la orientación de las acciones.

Dicha crítica exige la búsqueda de una teoría general, que tome a su cargo lo que no se reduce a una teoría de los sistemas sociales, basándose, en tres orientaciones de la acción: el uso, el interés y el orden legítimo.

En este sentido, se debe de tener en cuenta, la relación de las personas con las normas, debido a que el uso e interés de éstas pueden estar subordinadas al sistema de referencia moral, planteándose considerar la acción implicando una tensión entre lo normativo y lo condicional, ya que “como proceso, la acción es, de hecho, el proceso de alteración de los elementos condicionales en la dirección de la conformidad de las normas”[1].

Asimismo, los elementos normativos se presentan sólo en la mente del sujeto que realiza la acción, por lo que remiten la interpretación a la percepción individual de la acción, y no al orden jurídico o moral legalmente establecido y socialmente aceptado.

Parsons plantea que un determinado fenómeno aplicable a la teoría, es un sistema que puede descomponerse en subsistemas menores, y que poseen la capacidad de dividirse a su vez, en un factor de la acción, que debe ser considerado como compuesto por elementos concretos de la acción, y que un determinado número de éstos constituyen  un acto completo con una finalidad y medios concreto, y normas que regulen su elección.

Es decir, el acto estaría compuesto por la existencia de un sujeto actor de la acción; una finalidad; una situación con medios o elementos que el actor puede controlar y condiciones o elementos que no puede controlar; y, a la vez, por normas y los valores que orienten al sujeto a elegir un determinado medio para alcanzar sus fines o metas.

Para Parsons las condiciones están referidas a todos estos elementos que configuran el entorno en el cual se manifiesta la acción y que son independientes del actor,[2] entendido éste como un sujeto concreto cuyo cuerpo es un medio para llevar a cabo acciones y que encuentra en sus necesidades personales la fuerza para alimentar a los sistemas sociales y culturales de los cuales forma parte.

Desde esta perspectiva, su Teoría General de la Acción, esta orientada a defender de una mirada más voluntarista de la acción que confiere al actor el permanente deseo de alcanzar sus diversos objetivos mediante su intervención sobre su entorno material y social.  Siendo el acto, no solamente un elemento más del sistema de acción sino que también, una forma de expresión acerca de la condición social del ser humano.

Por lo tanto el individuo sujeto de la acción es, lo que sus acciones muestran, y se deducen producto de una intencionalidad a raíz de la internalización de los valores y normas insertos en el modo de vida del individuo, cuya acción social puede ser considerada como un certificado de autenticidad en la sociabilidad de éste.

Dado lo anterior, se distingue el reconocimiento del sentido de la acción social por los propios actores, del conocimiento e interpretación de este mismo sentido. Es decir, la conciencia de los actores permite dar a la acción su calificativo de social, al igual que lo planteaba Weber; pero la conciencia de la acción no significa obligatoriamente una interpretación veraz de la misma.

Las relaciones sociales entonces, son dominadas por las orientaciones normativas de la acción, las cuales manifiestan que no es el orden social el que influye sobre el sentido motivacional de la acción de los individuos, pero sí la acción colectiva.

De esta manera, Parsons define al sistema social como formas de la acción social, y propone estudiar la naturaleza de ésta en su acontecer mismo, es decir, identificar la existencia de valores que orientan la acción y que son necesariamente reconocidos por los actores mismos.

Es así, como la orientación motivacional formula los problemas que a cualquier actor social se enfrentaría al participar en una acción de una situación determinada; y la orientación de valor que proponen los criterios que se deben considerar para solucionar los conflictos por la orientación que motiva dicha acción.

Ambas orientaciones son momentos diferentes y complementarios en el proceso de la toma de decisiones, que llevan al individuo social al límite donde la acción debe ser iniciada, pero ninguna constituye la acción social en sí.

Es más bien, la integración de estos dos componentes del sistema social el tema central en la obra de Parsons, en que ambos son componentes esenciales de su “teorema dinámico fundamental de la sociedad", el cual está referido a que la estabilidad de cualquier sistema social depende, hasta cierto punto, de interacción de una serie de pautas de valores comunes con la estructura de la disposición de necesidad internalizada de los actores. Por lo que, se deberá considerar que este teorema es el punto principal de referencia de todo análisis que pretenda ser un análisis dinámico del proceso social.

Resumiendo, su obra se está enfocada casi exclusivamente a la estructura de los sistemas sociales y culturales, una evolución que se encuentra relacionada a la tendencia de subrayar la voluntariedad de la acción social, que se halla organizada en colectividades interrelacionadas en dos modelos que definen la relación en las unidades básicas de los sistemas sociales: las normas y los valores.

Considerándose finalmente que, los valores ejercen una forma de dominio sobre las normas, las que a su vez definen sus relaciones de colectividad y así sucesivamente; siendo las normas, instrumentos de los valores pues muchas normas en especial son las que regulan las relaciones del conflicto que no sirven al valor que comparten todos los miembros del sistema.



[1] Talcott Parsons: “La estructura de la acción social”, (1968); Madrid.
[2] Ídem.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Es muy bueno el artículo pero falta detalle
Mariana ha dicho que…
me gustó mucho

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